Retrospectiva: Nico

Nació un día como hoy en la Alemania de 1938. O tal vez no fue así en absoluto, y su vida comenzó en Hungría el 15 de marzo de 1946. Chanteuse, modelo, actriz y superestrella de la factoría Warhol, su nombre era Christa Päffgen y también Nico. De naturaleza equívoca, pero siempre bella y triste, impregnó a todos los que la conocieron y dejó tras de sí una estela de historias que no hicieron sino magnificar el enigma. Entre las más cuestionables, que Hemingway y Burroughs la abordaron en un café de París; entre las constatadas, que cautivó a Fellini y consiguió un papel en La Dolce Vita, además de todas las que tomaron forma de canción en Bob Dylan, Lou Reed, John Cale, Jackson Browne y Brian Jones, entre otros. La de su último día cuenta que paseaba en bici por las calles de Ibiza cuando cayó al suelo, víctima de una apoplejía. Creadora de música atemporal y dueña de un singular timbre de voz, al principio no se atrevía a cantar con palabras propias, pero entonces Jim Morrison le dio permiso. Como mirar a través de un caleidoscopio, así es acercarse a Nico.



Su carrera musical arranca en 1964 con una versión del I’m Not Saying de Gordon Lightfoot que se editó en forma de single gracias a Andrew Loog Oldham, manager de los Rolling Stones. Se trata de un trabajo folk a lo chica vogue que no cosechó el éxito esperado. La verdadera popularidad de Nico surge dos años más tarde, cuando conoce a Andy Warhol. Después de incluirla en varias de sus películas experimentales, éste propone a The Velvet Underground, su banda protegida, una nueva imagen que incluya a Nico como elemento pop. Se crea así The Velvet Underground And Nico, a cuyo nacimiento van ligados una serie de eventos denominados Exploding Plastic Inevitable, en los que Warhol complementaba los conciertos del grupo con proyecciones y bailarinas. La colaboración de Nico con la Velvet fue breve debido a la gran tensión que su presencia generaba entre Reed y Cale y que, según indagaciones del periodista Richard Witts, a Warhol le encantaba contemplar. No obstante, las tres canciones que entonó con ellos (Femme Fatale, All Tomorrow’s Parties y I’ll Be Your Mirror, que Lou Reed compuso para ella) hicieron su voz conocida por sucesivas generaciones.



[Fragmento de The Chelsea Girls (1966), dirigida por Andy Warhol].



[Imágenes proyectadas en las sesiones de Exploding Plastic Inevitable].

En 1967, Nico publica su primer disco de larga duración en solitario, Chelsea Girl. La mayoría de los temas incluidos son composiciones ajenas, como es el caso de I’ll Keep It With Mine, canción que le regaló Bob Dylan, o The Fairest Of The Seasons y These Days, confeccionadas por Jackson Browne. Aún así, y a pesar de su descontento con el resultado, Nico personalizó las canciones y el disco no desentona con sus trabajos posteriores, pues si bien no es tan oscuro y denso, ya incorpora un cierto elemento amargo. Chelsea Girl se ha popularizado recientemente por la inclusión de dos de sus temas en la banda sonora de Los Tenenbaums, película dirigida por Wes Anderson.


[Foto de Andy Warhol con The Velvet Underground And Nico /Archivo].

A este trabajo le siguen otros discos de estudio, como The Marble Index, Desertshore (1970), The End (1974), Drama Of Exile (1983) o Camera Obscura (1985), la mayoría producidos por John Cale. Sin embargo, en ninguno de ellos volvió a interpretar canciones no escritas por ella. Únicamente se cuentan dos excepciones que van ligadas a un fuerte propósito. La primera, The End, una versión de la canción de The Doors que editó tras la muerte de Jim Morrison, con quien mantuvo un breve romance de gran trascendencia para Nico. “Jim me dio permiso para ser escritora. Un día me dijo ‘Te doy permiso para escribir tus poemas y componer tus canciones’. Yo no creía que pudiera hacerlo, pero mi alma hermana creía que podía así que pude… Él tenía una fijación por las pelirrojas. Estaba tan enamorada de él que me teñí el pelo de rojo durante un tiempo. Quería satisfacer su gusto. Fue tonto, ¿verdad? Como de adolescente”. A él también está dedicado You Forgot To Answer, que Nico escribió después de intentar contactar con él sin éxito y descubrir, a los pocos días, que había fallecido. La otra excepción corresponde a su interpretación del himno nacional alemán Das Lied Der Deutschen, compuesto por Haydn y en el que Nico canta todos los versos prohibidos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Nico acompañaba su voz con un armonium que ha sido definido como “su única posesión verdadera”. Con los años, cala en ella la desaparición de tantos miembros de su generación y, cuando su armonium es robado, se derrumba hasta que Patti Smith le regala otro. En sus letras son frecuentes las referencias a figuras románticas y surrealistas acordes con una intensidad emotiva que, por otra parte, reflejaba con absoluta frialdad. En palabras de John Cale, “era parte de su modus operandi, por un lado tenía esa inocente y beatífica visión del universo, y por otro conocía la necesidad de ser fuerte”.

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